Campesinos usan cocos como alternativa del petróleo.

Un grupo de pequeños agricultores tailandeses ha recurrido a los cocos para afrontar el alto precio del combustible y salir del estancamiento económico en el que se encuentra el área rural. 'Con los cocoteros se puede hacer cualquier cosa', destacó Kitti Maniskul, dueño de una plantación de cocoteros que cuida con sus propias manos durante las horas que se lo permite su trabajo de maestro en una escuela pública de la provincia de Samut Songkhran.

Según Kitti, la pulpa del coco es un alimento nutritivo con demanda, el jugo lo bebe mucha gente, se puede aprovechar la madera del tronco del árbol y con estos frutos se elabora un combustible con el que se llena el depósito de gasolina de la camioneta y de otras máquinas sin necesidad de desembolsar mucho dinero. Los ecologistas dicen que este carburante barato y limpio que Kitti y otros agricultores de los contornos crean con aceite de coco puede ser copiado por otros para ayudar a los millones de campesinos pobres del sudeste asiático y otras regiones tropicales en las que abundan los cocoteros.

Para los agricultores tailandeses, los cocoteros son desde hace muchas décadas una fuente de ingresos, pero ha sido a raíz de la constante subida de los precios del petróleo cuando ha cobrado fuerza el empleo del aceite de coco como combustible. El aceite que se extrae de los cocos secos, y que un amplio sector de la sociedad tailandesa emplea para freír la comida, es filtrado y los agricultores del mismo gremio que Kitti le añaden una pequeña parte de queroseno con el fin de que surta buen resultado en los motores de camiones y de maquinaria industrial.

'El ahorro es al menos de un treinta por ciento, el motor gasta menos y además no sufre daño', señaló Kitti, quien utiliza ese tipo de combustible de coco para su furgoneta y asegura que ahorra cada mes un promedio de ocho mil bat (unos doscientos dólares). Kitti ha obtenido cierto éxito al promover el combustible con aceite de coco entre la gente de Samut Songkhram, donde ya numerosos criadores de langostinos, que antes han aprendido a elaborarlo, lo emplean para hacer funcionar los motores de las depuradoras de los embalses.

'Cada día vienen tres o cuatro personas a verme, a ves de otras provincias, para ver cómo lo hago y cerciorarse de que no crea problemas, pues hay quienes temen que al emplearlo estropearán los motores de su maquinas', comentó Tinate, hermano de Kitti, y quien cada semana produce unos 400 litros para su propio consumo. En las plantas industriales de las provincias del sur de Tailandia, donde existen grandes plantaciones de cocoteros que son explotadas de forma intensiva, la utilización del combustible con aceite de coco es cada vez más frecuente.

Y también para reducir gastos, este combustible lo emplean la mayor parte de las compañías navieras propietarias de los transbordadores de pasajeros que conectan las localidades costeras del sur del país con las islas del golfo de Siam. 'Creo que los cocos y su aceite pueden ser un buen recurso para nosotros, los campesinos de las regiones tropicales', apuntó Kitti. Por el momento, el gobierno de Tailandia, conocedor del potencial que existe en las ramas de miles de millones de cocoteros que crecen a lo largo y ancho del país, mantiene que hay que investigar más antes de promover a nivel nacional el empleo del combustible con aceite de coco. 'Sabemos que está siendo utilizado sobre todo por barcos de pescadores en maquinas industriales,, pero queremos que se siga investigando antes de decir a la gente que puede emplearlo', dijo un funcionario de la Oficina Nacional de Política Energética.


Pablo Ramírez Torrejón (PD)